Mi pasión por las labores se remonta a mi niñez cuando veía a mi madre tejer. Desde muy pequeña, ella me enseñó a hacer ganchillo y recuerdo hacer largas cadenetas con una amiga del vecindario, esos círculos (o con vuelo o en forma de cazuela) y los intentos de hacer un rectángulo que al final, sin saber ni cómo ni porqué, acababan siendo triángulo. A hacer punto aprendí un poco más tarde (debe ser que a mi madre le daba más miedo que usara esas agujas), pero aún recuerdo lo apretado que tejía y lo que me costaba hacer los puntos.
En mi adolescencia, ya me hacia los jerséis con los modelos que aparecían en la revista “Labores del Hogar” que mi madre compraba todos los meses. Íbamos a la tienda del barrio a comprar la lana al peso y me pasaba una tarde devanando las madejas, poniéndolas en una silla, que yo en aquella época no tenía ovilladora. Es una lástima que no tenga fotos de los jerséis que me hacía, si fuera ahora los tendría completamente documentados. Con los estudios y el trabajo, abandoné el punto y el ganchillo hasta que me quedé embarazada y empecé con los jersecitos de bebé. Hice todo el ajuar, hasta una colcha de punto de cruz para el cochecito.
Hasta 2010 me dediqué más a hacer punto de cruz (sobre todo cuadros) y no es hasta que descubro el mundo de los blogs de Internet, cuando empiezo a ver las cosas que hace la gente y decido crear uno propio. Durante los siguientes 4 años os muestro las cosas que hago, desde mantas a ganchillo o punto, jerséis, chaquetas o cojines, hasta pequeños peluches o accesorios que mis hijos me pedían. Después de tres años inactiva en el blog vuelvo a la carga con una nueva imagen y muchas cosas nuevas.
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